Si puedes respirar, puedes hacer yoga

Descubrí a Inma un sábado por la tarde cuando decidí que quería empezar a practicar yoga. El primer día que asistí a una clase suya me encantó y así casí todo el año que llevo practicando junto a ella. Tambíen hice con ella el taller de saludos al sol que recomiendo al cien por cien, pues a mi me ayudó mucho.En el taller de vuelve a soñar descubrí que el yoga yin es genial y muy necesario. Gracias Inma, por tus clases, por solventar todas mis dudas y por enseñarme que el yoga es para todos ❤️

Nunca había practicado yoga y pensaba que iba a ser muy difícil para mí concentrarme, respirar o conseguir hacer esas posturas que veía en las web. Sin embargo, practicar yoga es dedicarte un tiempo a ti mismo, sin prisas, donde haces esa intención... Así puedo deciros que increíblemente para mí, esos días de practicar yoga vuelvo a casa relajada y de buen humor. Con Inma es muy fácil. Con su simpatía y naturalidad te contagia. ¡Me encanta y me ha enganchado! Cuando tengo la oportunidad me encanta llevar conmigo a yoga a mi gente, es como hacer un regalo.

En yoga siento que estoy invirtiendo en salud. Las lesiones han desaparecido, así como las frecuentes sesiones de masaje. Trabajando el estiramiento se hace prevención y se gana en calidad de vida, sobre todo para gente como yo, con un trabajo muy sedentario.

En este verano tan atípico, el parque de la Pulgosa y las clases de yoga de Inma me han aportado toda la serenidad y el equilibrio que necesitaba. Los árboles, el radiante cielo de verano, los preciosos atardeceres... un entorno idílico en el que Inma nos ha guiado a lo largo de un camino en el que he aprendido a escuchar tanto mi cuerpo como mi mente. Gracias, Inma, por este precioso regalo.